lunes, 18 de abril de 2016

Amor platónico

Podría enamorarme de ti, de tus palabras, de tus encantos, de tus detalles y tus poemas. Podría enamorarme de ti, pero no de tu cuerpo flaco, tu nariz chata y tu cabello sin peinar, tampoco de tu fortuna que sé que no tienes, ni de tu falta de buenos modales o conocimientos de códigos de vestir.

Podría enamorarme de ti, pero sería de tu voz rebelde, tu corazón ardiente, de tus miedos, de tus sueños, de la hermosura que nadie ve, que nadie se atreve a tocar, que nadie se atreve si quiera echar un vistazo, pues cariño mío, no eres lo que una mujer latiéndole el dedo anular quiere, eres para una mujer fuerte, independiente, que sabe lo que quiere y solo tiene el deseo y el placer de querer estar contigo, que con tus manos ásperas la agarres por la cintura y la seduzcas, le hagas el amor con locura, con pasión, con desenfreno.

Podría enamorarme de ti, pero no eres más que un espejismo, un amor platónico, una ilusión; no eres más que el deseo de mis labios que quieren que los beses, no eres más que el deseo de mi cuerpo que quiere que lo beses hasta la punta de los pies, no eres más que el deseo de querer que me hagas suspirar y alucinar, que me lleves a otro mundo, a otro plano o hasta el planeta Venus, y sin boleto de regreso.

¡Veme a los ojos pendejo! ¿Que no ves que muero por ti?, ¿pero cómo podrías hacerlo?, si sé que solo eres un sueño, un holograma, una caricatura surrealista. Pero si algún día el hilo rojo nos une, o si Dios o el universo conspira para encontrarnos, entonces amor mío, me tendrás a mí, a tu musa, a tu poesía, a tu cantar de cada día, a tu locura, a tu medicina, tendrás a tu mujer imperfecta, con cabello castaño, piernas cortas, cuerpo curvilíneo, con voz propia, con cambios de humor que solo podrás medir por las fases de la luna, despistada e hilarante, tendrás a una mujer a la que todos acusan de lunática.

Me tendrás a mí, a la vulnerable

sábado, 16 de abril de 2016

Descubrí


Reprimida de viajes, reprimida de experiencias, reprimida por la desigualdad de mi propio sexo, reprimida porque me hicieron creer que tengo límites, reprimida porque me dijeron que solo era una cara bonita, un cuerpo sin alma, un alma sin ser.

Encontré un mundo con mundos mágicos, con mágicos colores, de mágicos sabores, con mágicas personas y con mágicas diferencias.

Que en cada persona, en cada animal y en cada ser vivo, se puede encontrar a DIos, que Dios es parte de nosotros como nosotros somos parte de él, por lo tanto, hay divinidad en todo y en todos. Que cuando yo agredo a alguien, no sólo me agredo a mí, si no que agredo a todo el mundo.

El amor, el deseo, la cercanía con las personas, una charla con una amiga, un café a cualquier hora del día, un té para curar el alma o el fumar un cigarro; son momentos que ninguna fortuna podrá cambiar para poder satisfacerme.

Descubrí la pena y la vergüenza que siento por los que no pueden encontrar consuelo con un libro, con la poesía o el arte;
con los que se la pasan la vida haciendo, en lugar de encontrar la plenitud en un beso, una caricia o una palmada en la espalda.

Descubrí que todos opinan de la vida de todos, pero que realmente nadie sabe cómo vivir la suya.

Que unos cuantos se atreven a desafiar las leyes, a desafiar las normas; y otros, sólo se quedan con el deseo de libertad, libertad del consumismo, del capitalismo, libertad de querer ser locos, libertad de poder soltarse y sacudir el pelo, libertad de poder decir: "soy lo que soy y estoy orgulloso de serlo"; libertad de no tener que adquirir un título, un carro o un estilo de vida "apropiado", libertad de decir: "¡estoy cansado, estoy desgastado... necesito ayuda!"

Pero también descubrí, que todos estamos de acuerdo en querer gritar: BASTA.