Te levantas, te lavas los dientes, te bañas, te arreglas, desayunas (si es que tienes tiempo), te vas al trabajo; en el camino prendes la radio o pones el Spotify, el mismo programa de noticias, el mismo playlist. Llegas al trabajo, checas tu entrada, dices "buenos días" a todos, te preparas un café y te "dispones" a trabajar. Lo ridículo es que lo más esperado y emocionante de la mañana, es ese momento en el que te sirves una taza de café y te reconforta ese aroma. Llega tu hora de comida, la misma comida, los mismos sabores y las mismas pláticas; que si a Fulanito lo van a despedir, que si tal cuenta tiene problemas o cualquier otro tema irrelevante, que ya te da lo mismo. Y, ¿para qué? ¿porqué? ¿te lo has preguntado?. Supongo que no. Sigues trabajando y esperando a que el día laboral termine; llega la hora de salida, checas tu hora de salida y por fin te sientes tú mismo, en otras palabras, liberado. Subes al auto, quizá te diriges a tu casa o sales con unos amigos o vas al gimnasio, como sea, todo tu día se reduce prácticamente en lo mismo. Cuando termina el día y tu cabeza toca la almohada, quizá te preguntas; ¿porqué sigo haciendo esto? O quizá no hagas nada y sólo duermas. Como mencioné, tu día se reduce en lo mismo, o sea, en nada.
Alguna vez te ha pasado que estás en una entrevista de trabajo y te preguntan por tus hobbies, tus habilidades, debilidades y fortalezas, ¿contestas con certeza esas preguntas?, ¿sabes con honestidad lo que te apasiona? Si quiera sabes lo que te gusta o lo que no, cuáles son realmente tus habilidades o tus deseos, tus sueños, sabes realmente lo que quieres o simplemente ya estás programado para seguir con lo que la gente normal se supone que debe de decir. Será que la única fórmula moralmente correcta para el "éxito" es; graduarte, conseguir un trabajo estable y estar ahí por, no sé, ¿20 años?, y luego ¿qué? ¿ahí se termina todo? ahí se fueron todos los años de estudios o lo que planeaste cuando decías lo que querías ser, esos sueños "guajiros" que si te pones a pensar en ese momento cuando lo decías, lo decías con tanta simpleza, humildad, convicción y firmeza, que era bastante real.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0Q9q_MRL7xHw04KvBQB3ydA5Bj_nNb29QW5R3J9otFRyFLGGrYunutqD-Z9tMRf-1ZTHXFMQcgf2LPAW0QpODr7Z3CEQjn975ub2e3V_oVtjIuuMupAOm18kumLSZczqyKS1G1jHVNUP5/s320/multitasking.jpg)
En mi caso, sé que soy Godínez y sé que por el momento tendré que hacerme a la idea que prostituiré mis talentos y habilidades para beneficio de alguien que sólo toma partido por mi necesidad de tener dinero. Sigo en mi autoconocimiento para saber en qué soy buena y cuál es mi mayor reto para dejar de ser esclava de un trabajo que quizá es muy bueno, pero que si me veo desde afuera, me veo siendo alguien que no quiero ser, alguien que está con el mismo papeleo de siempre pero que no es "ni fu ni fa" y alguien que no está haciendo algo donde sea luz para otras personas. En este autoconocimiento he aprendido que no tengo límites, que puedo ser quien yo quiera ser, y que nadie debe definir, ni controlar mi forma y mi estilo de vida; que quiero y seré dueña de mi tiempo. Recuerda esta frase de Steve Jobs; "trabaja por tus sueños porque si no, alguien más te contratará para que trabajes para los suyos".